Deciamos el otro día, lo incompleto del poder Animar. Usabamos la ilustración de un curioso árbol para acompañar la entrada. Pero un árbol no es animable, la foto pretendía adornar, transmitir el concepto de imbuir actividad en un objeto (el árbol parece bailar), no confundir al lector, ni mucho menos.
Un árbol no puede ser animado, pero por otro lado, las historias de árboles vivientes son comunes en la fantasía, sean treants, ucornos...
Por ello, he escrito este ritual para que los árboles puedan ser animados, y puedan aprovecharse este estilo de criaturas, si interesa.
Naturalmente, una cosa es tener el poder de crear a estas criaturas, y otra soltar una en Central Park. Aunque estas criaturas son mas parecidas al ucorno de Tolkien, o a un golem, que al treant parlante, incluso así, no son discretas. Atraen fotos cuando están en reposo, y parecen salidos de la fantasía de espada y brujería cuando actuan.
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"El arte del bonsái se originó en China hace unos dos mil años, como objeto de culto para los monjes taoístas. Para ellos era símbolo de eternidad, el árbol representaba un puente entre lo divino y lo humano, el cielo y la tierra" Wikipedia
Conviene no caer en el clásico concepto Tolkeniano de árbol ecologista, benévolo y guardian, estas criaturas son diferentes. Para empezar, son incapaces de hablar, y no poseen rasgo alguno a modo de rostro. Se mueven lentamente, el fuego es anatema para ellas, son criaturas inteligentes, pero no sociales. Incluso si dos o más de ellos coexistiesen, no desarrollarían un trato, aunque descansasen uno junto a otro, más que en los momentos en los que su intelecto (o sus órdenes) les diga que deben colaborar (e incluso en esos momentos, no pueden comunicarse...)
Cuando van a moverse, retraen sus raices para poder desplegar sus dos piernas a partir de su tronco. Esto podria ser percibido según el tamaño de sus raices y la cercanía del observador. (Tipicamente, al lado del tronco de un roble, Percepción + Alerta a dif 6) Retraer las raices les lleva 3 turnos, aunque pueden hacerlo en 1, reduciendo en 2 la dificultad para ser percibidos. Extenderlas les lleva siempre 3 turnos. Necesitan extender sus raices para pasar largos periodos de inactividad, y para sanar, aunque no las necesitan simplemente para quedarse quietos en un lugar durante días. Otro posible uso para sus raices es usarlas como tentáculos contra enemigos dentro de su alcance.
Su percepción se basa en las vibraciones que pueden recibir del suelo, y más rudimentariamente del aire, aunque estos dos sentidos les son tan precisos que suplen la carencia de otros. Pueden p.ej detectar la posición de un caminante a centenas de metros, pero no la de los habitantes de una casa (el primer piso) o alguien que avanzase saltando de piedra en piedra sin pisar el suelo (siempre que estas piedras no causen vibraciones!) Pueden captar el vuelo de insectos a decenas de metros, con leves brisas, o de un pájaro sin corrientes, pero no detectarán a alguien que levitase quieto sin brisa. También perciben la temperatura, y tienen una limitada capacidad para pronosticar el clima con horas de adelanto.
No se enteran cuando se les habla, pero el ankida que los despierte puede dirigirse a ellos, y le entenderán como fruto de la relación que se establece entre ellos gracias al ritual (Aunque no estarán impelidos a obedecerle). Los caídos que dominen el Saber de la Naturaleza (2+) pueden intentar también que estas criaturas les entiendan (Carisma + Linguistica, dif base 8) Enviar visión permite gobernar a estas criaturas. El Saber de la naturaleza, por lo demás, les afecta con normalidad.
Estas criaturas no poseen atributos sociales, tienen los mentales a 2 tipicamente, y los fisicos variables, según el árbol que sea animado, desde diminutos bonsais, a gargantuescas secuoyas.
Suelen ser casi inmunes al daño contundente, las balas, y los cortes, (probad a golpear, cortar, apuñalar, o disparar a un roble) pero pueden ser heridos por armas de otro tipo, como hachas, sierras, ácidos... aunque es una empresa ardua. El narrador podria utilizar los rasgos Gargantuesco y Bien visible que poseen los dragones. Sus niveles de salud varian igualmente según su tamaño.
Arrancar los pilares del Cielo
Durante la guerra, un grupo de la Legión de Hierro, asaltaron el jardín de Mariel, un arcángel de la sexta casa, conocido por gustar de pasear entre sus frutales en la tierra. El ataque fué repentino, tomando por sorpresa al arcángel, pero los atacantes descubrieron que el jardín contaba con alguna clase de sortilegio que impedía el acceso al mismo a los caídos. Tomandos por sorpresa por este hecho, los caídos retrocedieron mientras que las tropas de Mariel les daban caza.
Un segundo intento existió, pues confiado el arcángel en la seguridad de su jardín, continuo previsiblemente paseando por él. Así, volvieron al asalto a vengarse. Pero esta vez, estaban preparados. Sandrael, un Ninurtu, habia observado e investigado, descubriendo que la fuerza que protegía el jardín emanaba del mismo palacio Celestial del arcángel, llevado hasta el jardín por un árbol de Mariel, un árbol gigantesco que actuaba como pilar conector con el poder del Cielo. Sandrael y Sonyel, un Asharu, colaboraron para crear este ritual, que permitiese dar vida a los árboles para que se desplazasen, inutilizando así el pilar de poder que protegía el jardín.
Cuando el asalto se produjo, la primera unidad enviada a combatir fué detectada al acercarse y capturada. El plan dictaba que el orgullo de Mariel aseguraría que fuesen introducidos al jardín para su humilación. Allí serían humillados (sin duda, Mariel les haría cortar las alas como él gustaba hacer), y lentamente exterminados. En ese punto, Asharu desde fuera sobrevolarían el jardín (impidiendo que Mariel huyese, y haciendo parecer que intentaban rescatar a sus hermanos, quizás, atrayendo parte de las fuerzas contra ellos) y los capturados deberían entonces liberarse ya dentro, entablar combate, y realizar el ritual que derribaria las defensas Celestiales del jardín, permitiendo que mas tropas ocultas entrasen al asalto.
Zuriel, el Vezhani al mando del asalto, aguardaba con el resto de tropas, presto a observar la caída del bloqueo y ordenar el ataque. Observó como eran apresados...y onducidos al jardín, ordenó levantar el vuelo a los Asharu (en otra posición) en el momento exacto para que no llegasen a interceptar a los prisioneros por poco, antes de entrar al jardín, pero a partir de ese momento, algo se torció. Raudamente, descendieron más ángeles del palacio de Mariel, el combate en los cielos contra los Asharu se desató. Los caídos ocultos, fieles al plan, tuvieron que ver omo sus hermanos Guardianes caían asesinados al suelo que rodeaba el jardín, con la fé puesta en que la protección caería, y podría cargar. Más esto no ocurrió. Cayó la noche, Mariel se retiró escoltado a su palacio, y los cadáveres de sus hermanos fueron arrojados con desprecio fuera del jardín...con sus alas cortadas.
Zuriel y su tropa se retiraron. Habían perdido esta batalla...por segunda vez. Pero el ritual que Sonyel y Sandrael idearon, se extendió entre los Dagan, y el nombre de Sandrael como el de quien encontró la forma de animar no solo objetos inertes.
Saber Primario: Despertar 4
Saber Secundario: Naturaleza 3
Coste: 14 px
Restricciones: Este ritual debe realizarse alrededor del árbol a animar, que quedará en el centro del pentáculo místico.
Tiempo de Lanzamiento: 49 minutos.
Sistema: Tira Manipulación + Supervivencia. La dificultad depende del tamaño del árbol a despertar. (5 bonsai, 6 pequeño árbolito, un pequeño pino, 7 árbol normal, un almendro, un manzano, un naranjo 8 árbol grande, un pino, un roble, o un sauce, 9 árbol gigantesco, una secuoya milenaria) Si hay éxito en el chequeo, el árbol adopta una forma parcialmente humaniforme, y se anima según lo comentado anteriormente. La animación dura 1 ciclo lunar, pero gastando el Ankida 1 punto de FV temporal, quedará despierto para siempre. Si este ritual se realiza en suelo sagrado, este queda corrompido y desaparecen sus propiedades.
Tormento: La versión de alto Tormento de este ritual anima igualmente al árbol, pero será un ser malvado. Más activo, pero perverso; atacará a victimas propicias, necesitará nutrirse con sangre 1 vez en cada ciclo lunar, y se desplazará para tomarla. Estas criaturas, no tienen ninguna discreción, y aunque siguen siendo letárgicas, son claramente más activas que sus hermanos.
Variaciones: Añadiendo Saber de los Celestiales 2 al ritual, el Ankida podrá ordenar al árbol cuando le hable, sin necesidad de realizar ninguna tirada. Sus palabras serán órdenes para él.
1 comentario:
Hola, mira soy un gran aficionado al demonio, y como tal dirijo una campaña con mi grupo de rol. Solo quería felicitarte por el gran trabajo que estas realizando , la verdad que es muy encomiable y personalmente me llena de ilusión que este gran juego siga con vida. Espero o intentaré a partir de ahora participar en tu blog. Bueno eso es todo, sigue trabajando como hasta ahora que tienes seguidores.
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