Aunque mucho nos han arrebatado, mucho queda,
no somos ya aquella fuerza que en viejos días
movió cielo y tierra. Esto que somos, somos:
un mismo ardor de heroicos corazones
debilitado por el tiempo y el destino, pero fuerte en la voluntad
de luchar, de buscar, de encontrar, y de no rendirse.
miércoles, 1 de enero de 2014
Final de Ulises, de Alfred Tennyson
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