viernes, 11 de noviembre de 2011

La estrella mas brillante


El cuarto día, Dios creo a los Neberu, la casa de las esferas, guardianes de las órbitas de los planetas, del tiempo y la luz. Con el diseño que los Namaru, Asharu, y Annunaki habían realizado los tres primeros días, los Neberu lo copiaron realizando cambios y colgaron los planetas en el vacio, donde los Namaru habían previsto. Dispusieron sus senderos y trayectorias, y esperaron a que los Lammasu soplasen su aliento de dinamismo para que el gran engranaje del cosmos comenzase a girar.

Leer más... Esta es la historia, al menos como se cuenta, de Divadiel, quien fue llamado Forjador de Soles, Arquitecto de Luces, Ingeniero de Estrellas, y también Lucero Solitario.

Divadiel era un Lieru, un Neberu cuya función consistió en colgar en el vacío las luces que debían iluminarlo. Divadiel era uno de los Elohim de mas alto rango en la Cuarta casa, y su función estaba a la altura de sus habilidades con los saberes del Fundamento, la Luz, y la Llama. Divadiel trabajó desde las primeras horas del cuarto día, viajando por el cosmos arrojando sus estrellas, que lanzadas por su mano, prendían y brillaban como grandes faros.

Pero el trabajo que realizaba no le parecía suficiente, pues comprendió que este gran diseño algún día debería terminar, sus estrellas apagarse, y su luz extinguirse para siempre. “No permitiré que las luces se extingan” se dijo. Entonces acudió a su superior a proponerle unas mejoras sobre el diseño que le habían encomendado desarrollar.

- “De esta forma, las luces brillarán para siempre” le dijo
- “No esta así dicho en el plan del Altisimo” le respondió su superior
- “¿Pero como puede El Plan contar con infinitas estrellas condenadas a apagarse? Este diseño es imperfecto e indigno de nuestra obra”
- “No te corresponde a tí juzgar El Plan. No puede tu Visión escrutar los designios del Trono”
- “Entonces mi deber es consultar a quien pueda responderme. Necesito entender el diseño defectuoso que se me ha ordenado crear”

Así Divadiel consulto a los mas sabios de los Neberu, desde los Shamash, maestros de la luz, hasta los Kelbezu, maestros de la oscuridad. Y todo ángel que consultó le dio la misma respuesta “Así se ordenó, así se cumpla. Así habló la primera casa, así sea la perfección”. Desesperado por el inmovilismo de los ángeles, Divadiel buscó más allá de los arquitectos de la Luz, y buscó el consejo de los Satahrraz, Jueces de la Verdad Desapasionada. “El Trono ha hablado. Su Plan es Perfecto” le dijeron. Divadiel enloqueció y se presentó ante los Ekimmu, ángeles de la Primera Casa que habían definido las partes mas fundamentales del diseño. “El diseño no puede ser mejorado” dijeron al unísono.

Divadiel escapó lleno de dolor a las partes mas recónditas del cosmos, y allí trabajó largo tiempo en secreto forjando la mas brillante de las luces. Así ganó su nombre de Lucero Solitario. Primero tuvo que crear y destruir muchas estrellas hasta tener claro su trabajo final, solo entonces pudo comprender que había encontrado la mejor de las luces. Entonces la insufló fuego hasta que ardió y su brillo fue perfecto; Brillaría por siempre.

Pero el brillo llegó hasta los Shamash, que se presentaron ante él.
- “Has encendido una luz que no deberías haber inflamado, Divadiel. Con esto has mancillado el diseño, has ignorado la voz del Trono”
- “Mi deslealtad ha sido siempre para mejorar su Plan”
Entonces La Luz Mas Grande se hizo junto a ellos, y así habló Lucifer, el ángel más alto de la mas alta casa.
- “En tu miedo te has cegado, hermano. Solo has visto lo que tu miedo te permitió ver. Cerraste tus ojos a una verdad mejor por que la ignorancia y el miedo sellaban tus párpados. Ahora, sufriras la pena de tener que destruir tu obra con tus propias manos”
- “No voy a destruir mi obra, Portador de Luz, pues la amo mas que a mi mismo, y no volveré a crear ninguna otra, pues el fuego que hubiese alimentado todo el cosmos lo he volcado entero aquí”
- “Mira con mis ojos, hermano” dijo El Lucero del Alba
Entonces Divadiel vio y entendió lo que Lucifer había dicho, y pudo ver como el diseño del Altisimo era perfecto y sus estrellas no tendrian por que apagarse nunca. Y vio también como en su locura, su estrella volvía imperfecta La Creación. Sin necesidad de decir una palabra más, Divadiel tomó una maza, y con lagrimas de fuego rompió su estrella, devolviendo la armonía a La Creación.
- “No volver a conocer luz igual será tu condena” dijeron los Shamash

Cuentan que esta luz fue muy vista, y causó muchos comentarios entonces. Cuentan que Divadiel desapareció, mientras en su cabeza retumbaban las palabras que todos los ángeles que había consultado le dirigieron, y que entonces entendió de lo que habían intentado avisarle.

“No puede tu Visión escrutar los designios del Trono”
“Así habló la primera casa, así sea la perfección”
“El Trono ha hablado. Su Plan es Perfecto”
“El diseño no puede ser mejorado”

Tiempo después sucedió La Caída, y muchos dicen que Divadiel cayó, lleno de la rabia que destruir su obra le había causado contra la Hueste que no le avisó mas claramente. Además, con La Caída, la entropía entró en el cosmos, lo finito toco el infinito, y toda La Creación resulto afectada, las orbitas de los planetas, hasta de los electrones, se volvieron imperfectas, y ahora sí, las estrellas quedaron reducidas a rutilantes luces perecederas que avanzaban hacia su muerte.

Dicen que durante la guerra, Divadiel se esmeró en crear otro Lucero como el que Lucifer, ahora su Príncipe, le hizo entender que debía destruir, pero que nunca fue meritoria comparación de su mejor obra, la joya cuyo recuerdo añora en sueños cada noche.

Dicen que tras la derrota, en el infierno, Divadiel sufrió desterrado mas allá del brillo de las luces del cosmos, y que su odio contra Lucifer creció, viendo que les había traicionado y vendido al pozo mientras el se quedaba fuera, después de haberle seguido incluso cuando le había hecho destruir su mas preciado tesoro.

Dicen que tras la rotura de las puertas del infierno, ahora Divadiel vaga de nuevo por el mundo.

Dicen, que un diminuto resto de su gran obra sobrevivió, y es la estrella que llamamos Canis Majoris, la estrella mas grande conocida.

Dicen, que a pesar de ser un fracaso, su segundo intento durante la guerra, nos queda muy cerca, y la vemos cada noche. La llamamos estrella Polar.

Según quien cuente la historia está aquí, en Atlanta, o en Los Ángeles, según otros, o en Dallas o a saber donde. Otros dicen que ahora es electricista de mantenimiento, pero yo no lo creo. También he oído leyendas urbanas en las que tiene una tienda de bombillas. Suena bastante estúpido, diría yo. No creo que Divadiel acabase así sus días, le pega más apoyarse en una barandilla para recordar mirando a su estrella Polar. Es la clase de tio que nunca olvida.

No me mires así, sé lo que estás pensando. Quita esa absurda expresión. Tu solo eres un pobre necio que me ha disparado para quitarme la cartera, ¿verdad? No te mereces topar con un loco que encaja las balas y es capaz de provocarte un infarto para contarte una historía de fantasía mientras mueres.
¿Que por te cuento esto? Supongo que todavía lamento haberle hecho destruir su gran obra. Tienes que entender, que entonces Ahrimal no había profetizado todavía la Gran Oscuridad. Supongo que me averguenzo algo por haber actuado tan fiel a Su Plan. En fin, da igual, gracias por escuchar, si te sirve de consuelo no hay infierno para vosotros, muere tranquilo.

1 comentario:

Paradox dijo...

La mejor descripcion!